Desde el anuncio de la cuarentena total por el avance de la pandemia muchos sectores quedaron dañados o debieron cerrar para sumarse a la medida y cumplir con el aislamiento obligatorio.
El daño colateral que generó el coronavirus obligó a algunos a cerrar y otros debieron ingeniarse alguna manera para no frenar tan de golpe sus economías.
Un caso que realmente fue llamativo fue en Hurlingham, partido del oeste del conurbano bonaerense, que encontró la manera de sobrevivir antes este delicado contexto económico, social y sanitario.
La alta demanda de camas por la emergencia sanitaria que desató la crisis del COVID-19 un hotel alojamiento decidió acompañar las medidas reciclando sus espacios y función.
Las autoridades municipales propusieron a los dueños de los hoteles alojamientos usar las casi 80 plazas para los eventuales pacientes leves con coronavirus, para que puedan hacer la cuarentena en el lugar.
Después de una intensa inspección decidieron que se alojen profesionales de la salud que sean derivados a hospitales de la zona, obreros de la construcción y más de 30 policías que reforzarán la zona y controlan el aislamiento obligatorio.
“Los vamos a usar para médicos que va a atender gente en cuarentena, policías, que se reforzó con 28 agentes, y los estamos usando para la gente que está haciendo la obra del hospital modular donde habrá 80 camas más, 30 de esas para terapia”, explicó Juan Zabaleta, intendente de Hurlingham
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