La Justicia rechazó el pedido del padre Julio César Grassi, quien está condenado a 15 años de prisión por abuso sexual en la Fundación Felices los Niños
Padre Julio César Grassi.
El sacerdote Julio César Grassi, quien fue condenado a 15 años de prisión por el abuso sexual de dos menores que estaban bajo su cuidado en la Fundación Felices los Niños, no obtendrá su libertad anticipada. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 de Morón rechazó de manera unánime su solicitud para salir en libertad, lo que significa que continuará cumpliendo su condena en la cárcel de Campana hasta mayo de 2028.
La audiencia, que tuvo lugar recientemente, fue el escenario en el que Grassi, quien se recibió de abogado mientras cumple su condena, se representó a sí mismo por primera vez. Durante su alegato, el sacerdote defendió su inocencia, reiterando que no tenía nada de qué arrepentirse y subrayando su labor social como sacerdote, destacando su militancia a través de la Fundación Felices los Niños y su trabajo en barrios populares en defensa de los derechos de los niños y adolescentes. Sin embargo, estas declaraciones no convencieron a los magistrados, quienes mantuvieron la condena en pie.
El proceso fue seguido de cerca por el abogado Juan Pablo Gallego, representante de las víctimas, quien asistió a la audiencia y fue contundente en sus declaraciones posteriores. "La audiencia fue más contundente de lo que esperábamos", afirmó Gallego. "Grassi mintió nuevamente, se declaró inocente y dijo que no tenía nada de qué arrepentirse. Hoy vimos en vivo a un monstruo. Los peritajes ya habían demostrado que sigue siendo la misma persona, agravada, que cree que su palabra es la única válida", dijo. También planteó un sombrío pronóstico sobre el futuro, advirtiendo que en 2028, cuando Grassi termine de cumplir su pena, Argentina se enfrentará al dilema de decidir si es posible liberar a una persona con ese perfil y bajo qué condiciones.
El caso de Julio César Grassi fue uno de los más emblemáticos en el país, no solo por la gravedad de los delitos, sino también por la posición de poder y confianza que el sacerdote ocupaba dentro de la comunidad. Desde su condena en 2009, intentó en varias ocasiones obtener la libertad condicional o reducción de su pena, pero todos sus pedidos fueron denegados. El rechazo unánime por parte del Tribunal TOC N°1 reafirma la decisión judicial de mantener a Grassi en prisión, y su sentencia sigue vigente hasta mayo de 2028, cuando el país deberá decidir cómo proceder en su caso.
Grassi, que cumplió más de una década de su condena, había centrado su defensa en su labor como sacerdote y en la Fundación Felices los Niños, una organización que llegó a tener un impacto significativo en la vida de muchos niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. No obstante, las acusaciones de abuso sexual, que fueron confirmadas en los tribunales, opacó cualquier legado positivo que pudiera haber dejado.
En su alegato, Grassi intentó destacar su rol en la lucha contra el maltrato infantil y su dedicación a los adolescentes, buscando persuadir a los jueces de que merecía una segunda oportunidad. Sin embargo, sus argumentos fueron insuficientes frente a la contundencia de los hechos y las pruebas en su contra. El tribunal no solo desestimó su solicitud de libertad, sino que además dejó en claro que la gravedad de sus crímenes continúa siendo un factor determinante en la decisión de mantenerlo en prisión.
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