Argentina tiene la necesidad de depurar una Justicia que en el tiempo ha sido cooptada por la política en sus aspectos más miserables. Hoy, jueces como Oyarbide (que ya renunció a su cargo), Rafecas o Eduardo Freiler avergüenzan a la Justicia Federal.
Cuando algunas investigaciones avanzan sobre ellos se les termina aceptando la renuncia (como en el caso de Oyarbide) como una salida consensuada que evita que digan lo que saben.
Hoy el juez federal Eduardo Freiler está siendo investigado por su lujurioso patrimonio. Sería bueno que esta investigación llegue a su final.
En Jujuy recientemente fue imputado el juez del juzgado residual, Javier Aróstegui, actualmente en licencia por enfermedad a quien no se le cuestiona su patrimonio pero sí su sospechoso accionar. Se trata del juez que favoreció a Milagro Sala e integrantes de la Tupac Amaru dejándoles prescribir sus causas y fallando en forma muy cuestionable.
Mirá el análisis completo de Alberto Siufi.
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