"La formación universitaria de nuestros chicos es un objetivo cumplido, soñado por muchos años", dijo a Télam Quispe, quien estuvo en Buenos Aires para disertar en un foro organizado por la fundación Compromiso.
Los flamantes universitarios y los 72 jóvenes collas de la organización que están estudiando medicina en Cuba son la gran esperanza para ella: "creemos en la capacitación, en que los chicos sean ambiciosos, sean profesionales y se conviertan en líderes".
Warmi Sayajsunqo, significa en lengua originaria "mujer perseverante", que es la característica que la dirigente resalta de la ONG, "ya que con el tiempo logramos ser una gran familia y la estructura ya funciona sola".
Las Warmi nacieron en el año 2000 al impulso de un grupo de mujeres de las comunidades collas de la Puna que comenzaron a utilizar el sistema de microcréditos para financiarse, modelo que llamó la atención de universidades estadounidenses y organizaciones de otros países.
"Hoy tenemos más de 3.000 socios en las 85 comunidades, donde se otorgan microcréditos de hasta 50.000 pesos, todos basados en la confianza, ya que no se pide garantía, solo el compromiso de que se invierta en lo que se dice", explicó.
"No tenemos incobrables, puede haber gente que se retrase en el pago de la cuota por algún problema puntual, pero todos pagan", aseguró Quispe.
La gente utiliza el dinero del crédito para la compra de pasturas, llamas, vacas, arreglos de casas o la instalación de pequeños negocios.
Ahora, la idea es "instalar empresas más grandes", anticipó Quispe, y en este sentido, dijo que un empresario "fue con la idea de armar una fábrica de cerveza, pero con el problema de alcoholismo que hay en la zona, le dije que no".
La posible solución "es que quizás pueda fabricar cerveza sin alcohol; es una idea que traje de Estados Unidos, donde vi comunidades indígenas que decidieron no consumir alcohol por los problemas que les traía la adicción".
Otra iniciativa que están analizando en asamblea -espacio donde se toman todas las decisiones- es incentivar el turismo, por eso, con la universidad de Santiago del Estero y la Fundación Educando se están capacitando, cada 4 meses, 100 personas en computación e inglés para relacionarlo con el turismo.
Además de visitar Estados Unidos por invitación de la Universidad de Harvard, Quispe estuvo en Sudáfrica, Brasil y Puerto Rico para compartir la historia de la Asociación.
Otras facultades norteamericanas se interesaron por el proyecto, aseguró Quispe, que contó que "el año que viene van a venir de una universidad de ese país a conocernos, y a cambio, les pedimos que alguno de nuestros hijos puedan ir a estudiar allá, cosa que aceptaron".
La asociación nació como una estructura liderada por mujeres, y hasta ahora "por estatuto, la comisión directiva está a cargo de nosotras, y así seguirá siendo mientras yo viva", aseguró.
Este modelo de conducción femenina hace que sean ellas las que otorguen los llamados microcréditos de urgencia, de menor monto, que se destinan para paliar situaciones imprevistas como enfermedades, accidentes, nacimientos o fallecimientos.
"Las mujeres manejamos la organización por decisión y consenso, los hombres dicen que somos más seguras" señaló, mientras repetía un gesto casi infantil al enredar permanentemente sus manos en su larga trenza enlazada con cintas.
El liderazgo femenino en la organización y el empoderamiento de las mujeres también hace que "tengamos poca violencia. Cuando yo era niña era común ver que un hombre le pegara a una mujer, ahora, eso no se ve tanto".
Quispe consideró que "la experiencia que vamos logrando hace que vayamos definiendo en comunidad las nuevas necesidades y demandas".
"No tenemos techo, no tenemos jefe, para nosotras todo es posible", aseguró con voz suave y palabras contundentes.