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SUSCRIBITE Desde el comienzo del aislamiento y los estrambóticos - y dudosamente legales - requisitos y controles para transitar por el país, Santiago del Estero fue una de las provincias que más complicaciones impuso para el paso. Y a pesar de que la situación epidemiológica ha mejorado, la violencia y impasibilidad de la policía en límite con Tucumán no parece tener fin.
Esta vez las víctimas fueron los miembros de una familia desesperada. Una nena de 12 años llora en el auto y no puede más. La escena es desgarradora. Se toca la pierna lastimada, le duele. Se llama Milagros Abigail Jiménez y lucha desde hace años contra un cáncer. Ella y sus papás estuvieron más de dos horas retenidos por un control de la policía en Termas, en el límite entre Tucumán y Santiago del Estero.
Ellos volvían a Santiago después de que Milagros se sometiera a un tratamiento en el Hospital de Niños de Tucumán. "Paso siempre, no me podés hacer esto", le rogaba el padre a un policía, mientras sostenía a la nena llorando en sus brazos.
"Llegamos a Tucumán a las 8, nos atendieron en el hospital y luego pasamos por la Terminal donde nos tomaron los datos. Luego pagamos el peaje y cuando quisimos entrar a Las Termas, el oficial nos pedía un pase de emergencia. Mi hija lloraba y estaba con un shock de nervios", contó al diario La Gaceta Carmen, la mamá de Milagros.
"Solo le pedía (al policía) que nos deje ingresar porque ya hacía bastante calor, y encima estaba lleno de moscas e insectos. Teníamos miedo de que se le infecte la herida en su pierna. Pero él no entendía, nos decía que esperaba la orden de Santiago".
Según la policía de Santiago del Estero, no podían dejarlos pasar hasta que los autorizara el comité de emergencia santiagueño. "No tenés corazón", gritaba la mujer a la policía mientras Milagros lloraba desesperada. Su papá la sacó del auto y empezó a caminar con ella alzada.
El hombre caminó cinco kilómetros con la nena en brazos - relató Carmen -. "No podíamos creer la situación". Fue hasta que apareció un auto con un funcionario municipal y los llevó a su casa. Allí, después, llegaron cuatro patrulleros que les dijeron que por 15 días no podían salir porque tienen que hacer la cuarentena obligatoria.
"¡Están locos! ¿Cómo creen que voy a hacer si a ella le pasa algo? Hay días en que la niña está mal. Es una paciente de alto riesgo y esta gente cree que puede jugar con la vida de mi hija", dijo la mujer entre lágrimas.
"Esto no le deseo a nadie; fue un dolor muy grande ver a mi hija en estado de shock. Nos trataron como delincuentes, nosotros queremos una solución", agregó y relató que, una vez en las Termas, intentaron hacer la denuncia en la comisaría 40. No quisieron recibir el reclamo.
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