“Concentrarse es reunirse con uno mismo y, por un instante, orientar la atención de forma intencionada hacia un tema, ligarse a él e ignorar todo lo demás. La concentración es, sobre todo, una cuestión de adiestramiento mental”, señala la experta en una entrevista con EFE.
¿Y cómo se consigue mejorar la concentración?
Para lograr aplicarse por completo a un solo tema hay que cultivar ciertas condiciones previas, como alcanzar el sosiego interior y procurarse quietud exterior, no dejarse interrumpir, hacer una cosa después de otra y organizarse de forma inteligente, apunta la autora de “Concentrarse mejor”, una bioquímica que ha trabajado en la industria farmacéutica y ahora asesora en estrategias de concentración.
Claves para enfocar la atención
Hoy día, el mayor enemigo de la concentración son las interrupciones y distracciones, seguidas de los ruidos. Es una situación paradójica, porque la mayoría de estas molestias las podemos evitar. A menudo una interrupción o un sonido pueden resultar más interesantes que la tarea que tenemos entre manos, o convertirse en un rescate muy oportuno, o un buen justificante para aplazar una tarea difícil. La regla clave es simple: apaga el teléfono móvil, olvídate de internet, ponte tapones en los oídos y ¡comienza a trabajar!.
A continuación Steiner responde una serie de preguntas.
¿Qué ejercicios prácticos podemos realizar en nuestra vida cotidiana para reforzar nuestra capacidad de concentración?
El primer paso es aprender a observar nuestro comportamiento sin criticarnos, es decir sin valoraciones, como un zoólogo observaría a sus elefantes o tiburones. Así tomamos más conciencia de nuestro nivel de concentración. Desde el momento en que nos damos cuenta de que nos falta la concentración, nuestro comportamiento ya mejora.
¿Y qué hay que hacer a continuación…?
El segundo paso consiste en intentar mantenernos concentrados el mayor tiempo posible. Para ejercitar este paso conviene limitar el tiempo de concentración o fijarse un objetivo inmediato. Así, nuestra mente estará ocupada de tal forma que no le quede más tiempo para distraerse.
¿Podría darnos algunos ejemplos de este ejercicio?
La idea es plantearse objetivos como “dentro de diez minutos quiero tener preparada una buena respuesta, precisa y cordial”, o “dentro de 15 minutos quiero aprender estas frases en inglés y poder recitarlas completamente de memoria como si estuviera en una situación determinada”. En general, si damos instrucciones claras y concretas a nuestro cerebro, es más fácil concentrarse.
¿Cómo podemos recuperar la concentración de forma rápida cuando nos desconcentra una situación estresante inesperada?
En una situación de este tipo hay que realizar unas respiraciones tranquilizadoras y aprender de los actores y otros profesionales, que tienen que concentrarse en su papel sean cuales sean las circunstancias. Un joven, que participó en una de mis encuestas sobre hábitos de concentración ante preocupaciones y emociones fuertes, escribió: “Si tengo mal de amores, lo pongo en otro lugar y vuelvo a sacarlo durante las pausas”.
¿Qué aconseja para conseguir una mejor concentración y transformarla en un hábito?
Cuando estamos entusiasmados, con frecuencia queremos superar o alcanzar todo a la vez. Pero, al igual que no se puede comer un pavo en un solo bocado, no se puede desarrollar la habilidad mental de la concentración en un solo día. Es más bien un adiestramiento similar al de aprender a tocar el piano o jugar al tenis. Para alcanzar un nivel elevado, hay que practicar día tras día y continuar paso a paso, lo cual conduce al éxito.
¿Por qué es más difícil concentrarnos en nuestros deberes que en los pasatiempos de ocio?
Videojuegos, Internet o la televisión atraen nuestra atención con una fuerza muy poderosa y, concentrarnos en tales cosas, no implica ningún esfuerzo por nuestra parte. La situación es totalmente diferente en el caso de los deberes escolares y las tareas difíciles, las cuales requieren esfuerzo y voluntad de nuestra parte. Esta fuerza de voluntad es el punto decisivo; ¡y no se desarrolla frente a una pantalla!.
La importancia del lugar de estudio
El impacto que tiene un cómodo y correcto ambiente de estudio en tu memoria y concentración es realmente notorio.
¿Quieres conocer los errores comunes que muchas personas cometen al momento de elegir un lugar de estudio?
Sitios que jamás deberás usar para estudiar
1. Tu dormitorio: Evítalo, más aún si estudias en la cama. El dormitorio se hizo para descansar y dormir. Tu mente asociará el hábito de dormir al estudio. Los resultados no siempre serán los que buscas.
2. La sala o la cocina: Dos lugares que definitivamente debes de evitar. Son lugares de tránsito obligatorio de tu familia. Serás continuamente interrumpido y distraído.
Los espacios más recomendables para realizar tus ejercicios de memoria.
1. Tu estudio personal: El mejor lugar para concentrarse y estudiar. Es aquí donde debes de tener todo lo que necesitas: libros, apuntes, cuadernos, computadora, etc. Si puedes ubicarlo en un lugar tranquilo de la casa, muchísimo mejor.
2. La biblioteca: Es un ambiente definitivamente más tranquilo y cómodo para estudiar. Tienes todos los libros a la mano.
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