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SUSCRIBITE La fuerte devoción para celebrar el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, en lo que se denomina la Adoración del Niño Dios, posee en nuestra provincia dos manifestaciones esenciales que la hacen única del resto del país, Los Pesebres y La Danza de las Cintas.
En todo Jujuy, niños y adolescentes asisten cada tarde a “adorar” al Niño Dios mediante cantos y danzas frente a pesebres familiares continuando una tradición centenaria que, en la actualidad, se ha incrementado considerablemente.
La Danza de las Cintas
Singular baile, único por sus características en la Argentina, se realiza en torno a un palo sobre el patio de la casa o el atrio de la iglesia del pueblo, cercano a la ubicación del pesebre a venerar.
Se tratan de grupos de 8 a 16 chicos, de ambos sexos, los cuales sostienen una cinta de color que va unida a la punta del palo. El poste o árbol representa la llegada de la primavera y la fertilidad para fecundar los surcos, el ganado y las mujeres, es por ello que lo decoran con cintas de colores que significan los frutos y bailan alrededor.
Al son de villancicos, los participantes se entrecruzan mientras van bailando para terminar cubriendo el poste de un entretejido multicolor. Luego, arrodillados, adoran al Niño Dios y ejecutan la misma danza pero en sentido contrario para destrenzar la figura formada.
El baile, de un profundo sentido religioso, se practica en otras partes del continente americano y se interpreta como una manifestación del culto al árbol que con el tiempo se convirtió en la adoración al Jesús recién nacido.
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