"Los enfermitos, los angelitos, los raros, los loquitos, los lisiados, los especiales" y los tantos calificativos que alguna vez se usaron para mencionar a una persona con discapacidad ya no deben usarse más porque ellos son personas como todos nosotros y deben ser respetadas.
Con el paso del tiempo nos fuimos dando cuenta lo mal que estaban esos conceptos. Si bien muchos no los usan de una forma despectiva, pueden tener un impacto negativo en quien los recibe que solamente quiere que lo llamen por su nombre, como cualquier otro ciudadano.
Esa es una de las tantas formas de incluir a las personas con discapacidad en la sociedad, pero hay muchas otras más que ya es hora que las tengamos en cuenta porque mientras más errores cometemos, mayor es el sufrimiento de esta población que busca ser incluida, que las tratemos como a uno más y que respetemos sus derechos.
Algo que se observa a diario en la comunidad son las barreras arquitectónicas que son aquellas que impiden la libre circulación de personas que tienen una discapacidad motora o visual, por ejemplo. En Jujuy hay pocas rampas en las esquinas y las pocas que hay habitualmente son tapadas por conductores distraídos o que no les importa que una persona por culpa de ellos no pueda circular por la ciudad.
Esta escasez de rampas no solamente se ven en las calles, sino también en los edificios aunque últimamente se realizan más construcciones que tienen un acceso apto para quienes tienen una discapacidad.
Pero lo más preocupante de todo son las barreras sociales. Esas que se componen de indiferencia, de discriminación, de prejuicios y no hacen otra cosa que lastimar. Estos comportamientos ya no se deben permitir porque la buena convivencia en la sociedad nos compete a todos y eso implica respetar al otro.
Lamentablemente esas conductas aún se siguen viendo con frecuencia en la calle y en las redes sociales. Conductas que muchas veces se ejercen por el desconocimiento en el tema, por la falta de conciencia, pero también ocurren por maldad y por odio.
Por eso es sumamente importante tomar conciencia, informarnos, saber cómo criar a nuestros hijos e hijas con perspectiva de solidaridad, de amor hacia los demás y empatía. Saber que ellos son los que están rompiendo estas antiguas concepciones que tienden más a la exclusión que a la inclusión.
Es necesario hablar con ellos todo el tiempo para que incluyan a otros que tienen una discapacidad en el ámbito escolar y que nosotros adultos también lo hagamos siempre.
Hay muchas personas que pueden necesitarnos en la cotidianeidad como por ejemplo, para cruzar la calle. Está bueno preguntar siempre antes de querer ayudar. Pero más nos necesitan desde el respeto, desde la inclusión, siendo amables, no tapando las rampas y con buen gesto. Simplemente con eso se suma mucho.
"Especiales son las pizzas", es una campaña que se viene lanzando desde hace años para llegar al corazón de la población y buscar la inclusión de todas las personas con discapacidad.
Federico Franco
Periodista
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