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Murió el hombre que la justicia ordenó darle dióxido de cloro

Tenía Covid-19. Un juez había aceptado el pedido de la familia para que se le administre dióxido de cloro que no es recomendada por la comunidad médica.
Por  María Florencia Etchart

Un paciente con coronavirus que estaba internado en Buenos Aires, al que un juez había ordenado tratarlo con dióxido de cloro, murió durante la noche de este lunes en un caso que desató una fuerte polémica por la competencia de la justicia en materia sanitaria.

Se trata de Jorge García Rúa, quien presentaba un cuadro grave de COVID-19 y estaba internado en el Sanatorio Otamendi de la Capital. El hijo de su esposa, también fallecida a causa de la enfermedad, hizo una presentación ante la Justicia Federal para solicitar que el hombre recibiera de manera urgente un tratamiento que no está autorizado por ninguna autoridad sanitaria y es fuertemente desaconsejado por la comunidad médica.

José María Lorenzo, el joven que inició el pedido, se basó en las indicaciones de Dante Converti, un neurocirujano que era el médico personal de quien fuera la pareja de su madre. El doctor recomendó suministrarle el dióxido de manera intravenosa, en conjunto con ibuprofenato de sodio en nebulizaciones.

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Lorenzo se presentó ante el Juez Federal Subrogante Javier Pico Terrero, del Juzgado Civil y Comercial Federal N° 7, quien hizo lugar al pedido de la familia al considerar que “la cobertura de los tratamientos indicados no ocasionaría un grave perjuicio para la demandada, pero evita, en cambio, el agravamiento de las condiciones de vida de la actora”.

Ambos tratamientos fueron prescriptos el día 7 de enero de 2021 pero los profesionales del Sanatorio Otamendi se negaron a practicar la intervención ya que las autoridades del lugar apelaron la decisión. Fue el propio Converti quien se ocupó de suministrarle las dosis correspondientes a García Rúa.

La decisión de la justicia trajo el enojo de la comunidad médica, que incluso realizó algunas manifestaciones y movilizaciones en la puerta del Otamendi para rechazar la sentencia del juez. El dióxido de cloro como tratamiento contra el coronavirus no se encuentra autorizado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), que alertó en varias ocasiones sobre la peligrosidad de consumirlo.

Ayer por la tarde, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) manifestó su “total respaldo a los colegas del Sanatorio Otamendi en decidir en contra de la administración a un paciente de un producto (el dióxido de cloro) que no tiene ninguna evidencia científica para ser utilizado como droga de tratamiento, ni de la nebulización con ibuprofeno, que tampoco, hasta la actualidad, tiene trabajos científicos que avalen su indicación en esta forma”.

“También, queremos expresar nuestro repudio a la orden judicial dictada para que un profesional indique y administre ambas prácticas, en contra de su conocimiento científico y juicio médico”, agregó el organismo en el texto.

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