Lacámara de carniceros de Salta advierten por la rápida expansión de la oferta ilegal de lechones en Marketplace, donde usuarios venden carne sin control. El problema surge con más fuerza a un mes de las fiestas y causa inquietud por riesgos sanitarios y por el impacto en comercios habilitados.
Los dirigentes del sector observan con alarma la aparición diaria de publicaciones en Facebook de lechones, cabritos y corderos en grupos de compraventa. Las fotos muestran animales faenados en patios o galpones rurales sin señal de refrigeración ni protección sanitaria. Las publicaciones incluyen números de WhatsApp para coordinar entregas rápidas en distintos puntos de la ciudad.
Los vendedores anuncian carne entera o por partes y generan ofertas que captan a consumidores en busca de precios bajos. En redes aparecen valores que rondan los $9.000 a $12.000 el kilo, cifras que quedan muy por debajo de los locales formales.
La diferencia de precios afecta a comercios habilitados
Los carniceros aseguran que la brecha de precios explica gran parte del avance de la venta informal. El sector formal paga faena en frigoríficos, análisis sanitarios, impuestos y mantenimiento de cadena de frío. Ese proceso representa hasta un 30% del valor total del animal.
Desde la Cámara detallan que el comercio ilegal no asume ningún gasto y libera carne a precios imposibles de igualar. Por esa razón, varias carnicerías dejaron de ofrecer lechón en vísperas de las fiestas, ya que no pueden competir con publicaciones que se multiplican en redes.
carne de cerdo
Preocupación por la venta clandestina de lechón
Riesgo sanitario y falta de controles
El mayor punto de preocupación para los especialistas es la salud pública. Dirigentes del sector explican que la carne clandestina puede transmitir triquinosis, una infección causada por un parásito que se aloja en animales de cría y fauna silvestre. El diagnóstico se realiza por análisis individual en frigoríficos habilitados, pero ese control no existe en faenas caseras.
A esta falta de análisis se suma la ausencia de cadena de frío. Sin refrigeración, la carne pierde calidad y aumenta la posibilidad de contaminación, algo que se vuelve crítico en días de calor. El sector insiste en que los consumidores no pueden verificar el origen de la mercadería que circula en redes.
Controles oficiales sin resultados visibles
Carnicerías de distintos barrios en Salta comentan que reciben visitas de inspectores municipales, provinciales y de la Policía Rural. Esos controles verifican documentación y aplican normas sobre higiene y manejo de alimentos. Sin embargo, la venta ilegal crece sin pausa en plataformas digitales.
Los representantes del sector señalan que la capacidad de control no alcanza y que el flujo de publicaciones supera cualquier operativo. También remarcan que la modalidad online permite entregas discretas y complica la intervención de las autoridades.
Expectativas moderadas para las fiestas
A menos de un mes de Navidad, los comerciantes no anticipan un aumento fuerte en el consumo. La referencia de octubre, marcada por un Día de la Madre con baja actividad, muestra un panorama estable y sin señales de repunte. Los compradores priorizan cortes más económicos y evalúan precios con mayor cuidado.
En carnicerías céntricas, el peceto llega a $20.000 el kilo, mientras que en barrios ronda los $17.000. El matambre se ofrece cerca de $12.000, igual que la costilla, mientras que el vacío se vende a unos $15.000 y los blandos a $16.000. Los comerciantes remarcan que la suba de precios del último mes se ubicó entre 15% y 20%, con chances de otro incremento leve antes de año nuevo.