Cómo los arándanos pueden mejorar la memoria y el sueño, según un estudio.
Una ayuda natural para reforzar la memoria y favorecer un mejor descanso podría estar más cerca de lo que se cree: los arándanos y otros alimentos ricos en flavonoles vienen despertando el interés de la comunidad científica por su impacto beneficioso en la actividad cerebral y en la calidad del sueño.
Una investigación reciente del Instituto de Tecnología Shibaura, en Tokio, encabezada por Yasuyuki Fujii, plantea que estos compuestos presentes en frutas y bebidas de consumo habitual influyen de manera directa en procesos clave del funcionamiento del cerebro.
El consumo de arándanos y alimentos ricos en flavonoles se asocia con mejoras en la memoria y la calidad del sueño.
Flavonoles: un aliado natural con límites en su absorción
Divulgado por Mindfood, el trabajo señala a los flavonoles como una opción de origen natural para potenciar la memoria y favorecer un descanso más ordenado. Sin embargo, admite que su baja capacidad de absorción en el cuerpo continúa siendo el mayor obstáculo para aprovechar plenamente sus efectos.
Los especialistas del Instituto de Tecnología Shibaura determinaron que incluso una única ingesta de estos compuestos fue suficiente para activar regiones del cerebro relacionadas con el almacenamiento de información y el control del ritmo sueño-vigilia.
A su vez, la detección de un aumento en la actividad del sistema nervioso simpático reveló una reacción fisiológica al estrés, subrayando la influencia de los flavonoles en la regulación de funciones esenciales para el equilibrio cotidiano.
Un estudio del Instituto de Tecnología Shibaura revela que los flavonoles estimulan áreas cerebrales clave para el aprendizaje y el ciclo sueño-vigilia.
Qué alimentos los contienen y cómo impactan en el cerebro
Los flavonoles son sustancias de origen vegetal que se encuentran en grandes cantidades en productos como arándanos, frutillas silvestres, frambuesas, infusiones, café, vino y numerosos tipos de verduras.
Aun así, poseen una limitación importante: su aprovechamiento en el organismo es reducido, ya que solo una mínima porción de lo ingerido consigue incorporarse al flujo sanguíneo, lo que atenúa su efecto real.
Pese a ello, el estudio remarca que incluso dosis relativamente pequeñas pueden generar cambios positivos en el rendimiento cognitivo, lo que sugiere que sumarlos de forma constante a la alimentación diaria podría marcar una diferencia.
Los flavonoles presentes en frutas, verduras, tés y café pueden influir en la liberación de dopamina y la respuesta al estrés.
Respecto a los procesos que podrían explicar estos efectos, los investigadores señalan que la sensación astringente propia de los alimentos con alta concentración de flavonoles tendría la capacidad de activar zonas vinculadas a la percepción y al procesamiento mental.
La investigación también contempló ensayos en ratones, donde se observó un aumento en la movilidad, una conducta exploratoria más marcada y mejoras notables en la adquisición de conocimientos y la retención de información después de suministrarles estos compuestos.
Un hallazgo especialmente relevante fue la mayor liberación de dopamina, un neurotransmisor clave para la memoria, el equilibrio emocional y la reacción ante situaciones estresantes. Este efecto respalda la idea de que los flavonoles podrían incidir de manera directa en el rendimiento mental y en la calidad del descanso.
El aumento de dopamina tras consumir flavonoles refuerza su vínculo con la memoria, el estado de ánimo y el sueño.
Los autores también subrayan que la acción de estos compuestos va más allá del plano cognitivo: los flavonoles intervienen en la regulación de diversas funciones neurológicas, entre ellas la sensación de vigilancia, la capacidad de adaptación frente a estímulos externos y el manejo del estrés psicológico.
Resultados prometedores y el desafío de comprobarlos en humanos
Aunque las conclusiones provienen por ahora de ensayos efectuados únicamente en modelos animales, los especialistas subrayan que aún resta llevar a cabo estudios en personas para confirmar estos hallazgos.
Aun así, los datos preliminares ya despertaron un fuerte entusiasmo en el ámbito científico y en el campo de la nutrición, que observan a los flavonoles como una herramienta prometedora para fortalecer la función cerebral y favorecer un equilibrio saludable en los ritmos naturales del sueño.
Los arándanos sobresalen entre los alimentos ricos en flavonoles recomendados por expertos en nutrición.
Los arándanos se posicionan entre los alimentos con mayor concentración de flavonoles, acompañados por otras frutas rojas como moras y frambuesas, además de numerosas hortalizas, infusiones como el té y bebidas como el café.
Más allá de su influencia en la actividad cerebral, investigaciones anteriores han asociado la ingesta regular de estos productos con una disminución en el riesgo de desarrollar patologías crónicas —incluidos distintos tipos de cáncer, como el de mama, colon o próstata— y con efectos favorables sobre la salud del corazón y el fortalecimiento de las defensas del organismo.
El trabajo realizado por el Instituto de Tecnología Shibaura y publicado por Mindfood señala que una alimentación donde los arándanos y otros alimentos con alto contenido de flavonoles ocupen un lugar central podría contribuir a mejorar diversas funciones mentales y el equilibrio general del organismo, incluso pese a la limitada capacidad del cuerpo para absorber estos compuestos.
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Los especialistas remarcan que aún es imprescindible avanzar con estudios clínicos más profundos para determinar con precisión cómo actúan estos nutrientes en las personas y, a partir de ello, diseñar pautas de consumo ajustadas a las necesidades y características de cada individuo.