Es necesario ajustar los alimentos de perros y gatos durante el otoño e invierno, según los expertos ya que deben aumentar los valores calóricos y proteicos para evitar inconvenientes en las mascotas. Los perros activos o que pasan tiempo al aire libre requieren dietas más ricas en calorías y proteínas para generar calor corporal. Esto compensa el gasto energético adicional que supone mantener la temperatura en ambientes fríos.
Las recomendaciones de los organismos que analizan este tipo de situaciones es la de incrementar grasas saludables, vitaminas (A, C, E) y minerales como zinc y hierro para reforzar el sistema inmunológico. La sensación de sed disminuye en invierno, pero la necesidad de agua persiste. Se sugiere ofrecer alimentos húmedos o controlar la ingesta diaria, especialmente en gatos.
Diferencias entre especies y razas
En el caso de los perros, tienen un metabolismo acelerado, consumen más energía para generar calor, lo que incrementa su apetito. En razas resistentes al frío (Husky, San Bernardo) suelen necesitar menos ajustes, pero aquellas con pelo corto o bajo peso requieren atención extra.
En el caso de los gatos la dieta debe ser esencialmente proteica. Necesitan carnes magras, pescado y suplementos vitamínicos para mantener su condición de carnívoros estrictos. Prefieren agua fresca o fuentes circulantes; en invierno, incluir caldos sin sal o comida húmeda evita deshidratación.
Se debe controlar el peso ya que el menor ejercicio y mayor ingesta calórica pueden llevar a obesidad. Se aconseja pesarlos semanalmente y ajustar raciones.
Mascotas: los alimentos prohibidos para perros y gatos que quizás no sabías
Alimentos estacionales
Las frutas y verduras de otoño son las indicadas (manzanas, arándanos, calabaza) ya que aportan fibra y antioxidantes, pero en cantidades moderadas. Evitar castañas en exceso ya que su alto almidón es indigesto para perros y gatos, causando diarrea. Cualquier cambio de dieta debe implementarse en 8-12 días para evitar trastornos digestivos.
La edad, salud y estilo de vida (interior/exterior) determinan necesidades específicas. Animales jóvenes, ancianos o con enfermedades crónicas requieren planes personalizados. Un perro que vive en exterior podría necesitar un 10-20% más de calorías diarias, mientras que uno sedentario en interior podría mantener su dieta con ajustes menores. Modificar la alimentación según la estación es fundamental para proteger su salud térmica, inmunológica y articular durante el frío.
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